Ypra 33Cl

Ypra es una cerveza rubia, suave y refrescante, de alta fermentación, con un matiz amargo y toques afrutados de lúpulo, que recuerdan a naranja y pomelo. La refermentación en botella es lo que le da a Ypra su aroma y sabor únicos.
Como resultado de la búsqueda de una cerveza rubia equilibrada y fuertemente lupulada, Ypra reúne las mejores características de cinco variedades diferentes de lúpulo. Elaborada por la reconocida fábrica belga Omer Vander Ghinste, es una cerveza rubia que destaca por su subestilo "Hoppy Belgian Blonde". Con una graduación alcohólica de 6º, es un producto que fusiona lo mejor de la tradición cervecera belga con un toque moderno en su perfil de lúpulo. Esta cerveza refleja el equilibrio perfecto entre la malta de cebada y las notas florales y cítricas del lúpulo, lo que la convierte en una opción muy apreciada tanto por los aficionados a la cerveza tradicional como por aquellos que buscan un sabor innovador. Su origen en Bélgica, país con una vasta herencia cervecera, la posiciona como una de las cervezas más interesantes de su categoría.

En cuanto a las notas de cata, YPRA se presenta con un color rubio brillante, de aspecto limpio y atractivo, coronado con una espuma blanca y densa que perdura en el vaso. En nariz, desprende aromas florales y cítricos, combinados con sutiles toques de malta dulce que recuerdan a la galleta o el pan recién horneado. Al tomar el primer sorbo, el paladar se llena con una suave efervescencia que resalta los sabores frutales del lúpulo, como la naranja o el limón, equilibrados con la dulzura de la malta de cebada. El final es ligeramente seco, con un amargor moderado que invita a seguir disfrutando del siguiente trago, sin resultar pesado.

Esta cerveza se presta a un maridaje variado debido a su versatilidad de sabor. YPRA es ideal para acompañar platos de cocina belga, como mejillones al vapor con patatas fritas, ensaladas frescas con queso de cabra o pollo asado. Asimismo, marida perfectamente con quesos suaves y de carácter moderado, como un gouda joven o un queso de abadía. Los amantes de las carnes blancas o pescados a la parrilla también encontrarán en YPRA el complemento perfecto, ya que su ligereza y frescura realzan los sabores naturales sin opacarlos.

La historia de YPRA se remonta a los profundos conocimientos cerveceros de la fábrica Omer Vander Ghinste, que desde su fundación en 1892 ha desarrollado un profundo compromiso con la tradición cervecera belga. Si bien YPRA se empezó a fabricar en el siglo XXI, su nombre hace referencia a la ciudad de Ypres (Ieper en flamenco), famosa por su importancia histórica durante la Primera Guerra Mundial. Esta conexión histórica aporta un trasfondo interesante a la cerveza, ya que se relaciona con una de las zonas más emblemáticas de Bélgica, donde las batallas no solo marcaron el destino del país, sino también su identidad. Además, la fábrica, situada en Bellegem, se distingue por su uso de ingredientes locales y técnicas tradicionales, lo que se refleja en la calidad constante de YPRA.

Temperatura de servicio recomendada: 4°C
Sabor: suave, fresco, afrutado y ligeramente amargo
Aroma: bayas, cítricos, naranja, pomelo
Apariencia: oro, cabeza blanca delgada
Ypra ganó 2 medallas hasta la fecha:
Plata en el Concurso Internacional de Lyon (2024)
Silder en los premios mundiales de la cerveza (2024)

La fábrica de cerveza Omer Vander Ghinste, fundada en 1892, se ubica en la pequeña localidad de Bellegem, en la región de Flandes Occidental, Bélgica. Esta región es conocida por su rica tradición cervecera, donde las técnicas de elaboración se transmiten de generación en generación. Omer Vander Ghinste ha sido fiel a esta herencia desde sus inicios, siendo hoy una de las cervecerías familiares más destacadas del país. A lo largo de más de un siglo, ha mantenido un compromiso con la calidad y la innovación, sin abandonar los métodos tradicionales que han hecho de la cerveza belga un referente mundial.

Bellegem es un pintoresco pueblo flamenco, situado cerca de la ciudad de Kortrijk, una zona agrícola con una fuerte conexión a la producción de ingredientes clave para la elaboración de cerveza, como el lúpulo y la cebada. La fábrica, ubicada en el corazón de esta comunidad, se ha beneficiado históricamente de los recursos naturales locales y del clima favorable para la producción de cervezas de alta calidad. La fábrica ha sabido integrar su legado artesanal con los avances tecnológicos modernos, asegurando que cada lote de cerveza refleje tanto la historia como la innovación de la región.

Uno de los aspectos más fascinantes de la cervecería Omer Vander Ghinste es su conexión con la historia familiar. El nombre de la cervecería proviene de su fundador, Omer Vander Ghinste, quien en 1892 decidió establecer una fábrica de cerveza en Bellegem. Desde entonces, cada primogénito varón de la familia ha sido bautizado con el nombre de "Omer", manteniendo viva una tradición que refuerza la identidad de la marca. Este legado ha sido clave para mantener la dirección familiar de la cervecería, asegurando que la pasión por la cerveza y la excelencia en su producción se transmitan a través de las generaciones.

Un hecho curioso que distingue a la fábrica es la historia detrás de su estrategia publicitaria en las primeras décadas del siglo XX. Cuando el fundador, Omer Vander Ghinste, comenzó a expandir la distribución de sus cervezas, utilizó un enfoque innovador para la época: instaló vitrales con su nombre en bares y tabernas de toda la región. Estos vitrales con la inscripción "Bier Omer Vander Ghinste" se convirtieron en un ícono visual y ayudaron a consolidar la marca como sinónimo de calidad. Incluso hoy, algunos de estos vitrales originales aún pueden encontrarse en ciertos establecimientos históricos, lo que refuerza la conexión entre la fábrica y la cultura cervecera local.

A lo largo de su historia, la fábrica ha lanzado una variedad de estilos de cerveza que reflejan tanto la tradición belga como las tendencias internacionales. En 1976, la cervecería lanzó una de sus creaciones más emblemáticas, la "Kriek Max", una cerveza de cereza que rápidamente se convirtió en un éxito, destacando por su sabor afrutado y equilibrado. Otro hito importante fue la creación de la serie de cervezas OMER., en 2008, con la que la fábrica rindió homenaje a su fundador, logrando un reconocimiento aún mayor en el mercado internacional. Cada uno de estos productos ha sido desarrollado con un profundo respeto por las técnicas tradicionales de fermentación espontánea y mixta, características de las cervezas belgas de alta calidad.

El entorno en el que se encuentra la cervecería también es digno de mención. Flandes Occidental, donde se ubica Bellegem, ha sido durante siglos un centro de producción agrícola, lo que ha proporcionado a la cervecería acceso a ingredientes frescos y locales. Además, la ubicación cerca de la frontera con Francia ha influido en los estilos de cerveza producidos, combinando lo mejor de las tradiciones cerveceras flamencas y valonas, creando cervezas únicas que se destacan por su complejidad y diversidad de sabores. La proximidad a Kortrijk, una ciudad con una rica historia medieval, también ha influido en el desarrollo cultural y económico de la región, aportando una sólida base de apreciación por los productos artesanales, como la cerveza.

Hoy en día, Omer Vander Ghinste sigue siendo una cervecería independiente y familiar, que ha logrado adaptarse a los tiempos modernos sin perder su esencia. Sus instalaciones combinan lo mejor de la tecnología contemporánea con el respeto por los métodos de producción tradicionales, como la fermentación espontánea y el uso de barricas de roble para madurar algunas de sus cervezas más distintivas.